¡A MOVERSE! Estamos hechos para movernos.

Llevamos varias generaciones reforzando conductas que nos vuelven cada vez más sedentarios. Ahora estamos inundados de los problemas derivados de este aprendizaje. 

No estamos hechos para estar sentados la mayor parte del tiempo. Nuestros antepasados comenzaron a emigrar – desde África al resto del mundo – desde hace entre dos y 1.8 millones de años. Nuestra especie (el homo sapiens) surgió en Africa hace unos 200.000 años. Y comenzó el mismo viaje de nuestros ancestros hace 60.000 años. Primero a la parte norte del continente y más adelante fuera de África, hacia Europa y asía.

Hace 50.000 años llegamos a Oceanía y desde hace 23.000 años llegamos al America… Por millones de años hemos caminado, explorado y conquistado nuevos horizontes. Lo hemos hecho de tal forma que hay seres humanos en cualquier parte de la tierra. No es así para todas las especies. Diversas especies solo se encuentran en algunos continentes o lugares específicos. Y ha sido el hombre, el que los ha transportado por sus propios intereses.

Nuestra fisiología se ha adaptado a esta forma de vida, una vida dinámica y llena de movimiento. 

Hace unos días, vi un hilo de X de alguien que hablaba sobre las escaleras. Hacía un recorrido por los diversos diseños que habían de estas, en diferentes lugares del mundo y en diferentes épocas. Había imágenes impresionantes del Hotel Tassel en Bruselas, del Museo Gorky en Moscú, del castillo de Chambord, del Museo del Vaticano en roma, etc.

¡Escaleras hermosas! Llenas de arte. Las había incluso misteriosas. Escondiendo lo que uno podría llegarse a encontrar al final. Variaban en forma, tamaño y diseño. De fondo la sensación que quedaba es que era interesante y agradable subir esos escalones. 

La mayoría eran de otras épocas. Eran de un momento de nuestra historia donde nos movíamos más… 

Mientras leía esta publicación, no dejaba de pensar en las escaleras de emergencia del edificio en el que vivo. Frías, grises, oscuras, con un leve olor a guardado y fuera de la vista. Para usarse, solo en caso de emergencia. Lo central son los elevadores. 

En cada aspecto de nuestra vida actual, se refuerza moverse poco.

Con el uso de elevadores, carros, grandes pantallas de tv, celulares… Pero no solo es esto… Lo vemos también en las largas jornadas de estudio. Te califican de manera positiva por estar sentado, escuchando a alguien hablar por horas. Tomando notas y dando una opinión de vez en cuando.

Ir al centro comercial se ha convertido en el plan familiar predilecto. Es un lugar donde uno solo camina para ver qué puede comprar y luego va a comer algo. Los más pequeños solo pueden hacer lo mismo. Caminar y observar sin tocar mucho para que no se rompa nada y luego sentarse a comer. No hay juego y movimiento libre. El único movimiento que se promueve es con el fin de adquirir un producto.  

Se monetiza nuestra atención

Se nos estudia todo el tiempo. Para saber, cada vez con más certeza, cómo reforzar nuestra conducta de estar sentados frente a una pantalla… Esto no es pequeña cosa y no hay que mirarlo con tanta inocencia, porque son compañías gigantes y poco reguladas que se dedican a analizar nuestra conducta para modificarla a su beneficio. Usando además, información y tecnología creada por la psicología científica (el conductismo), para realizar estos cambios. 

Es el mismo conocimiento que usamos muchos psicólogos conductistas para ayudar a la gente a cambiar y a tener una vida más valiosa y con mayor bienestar.

Sin embargo, lo que se refuerza es que estemos – la mayor parte del tiempos – sentados mirando la pantalla. Estas corporaciones, a su vez, acceden a reforzadores económicos cada vez mayores por tenernos enganchados.

Que nos movamos y estemos haciendo otras cosas que dan sentido a la vida como salir, ver amigos, caminar o dormir, repercute de manera negativa en muchas compañías. Por eso Reed Hastings, el director de Netflix, dice que su mayor competidor es el sueño. 

Parece que “se ha dado” un poder muy grande a hombres ciegos, enloquecidos con más dinero del que se pueden gastar en una vida entera y queriendo más y más, olvidando que el dinero es un medio y no un fin y que poco servirá sentarse en billetes si se enferma la gente y se calienta el planeta. 

Si se fijan bien, es super reforzante para las grandes empresas tenernos quietos, porque ganan de cualquier forma, ganan cuando solo vemos a la pantalla y nos movemos poco y ganan cuando nos enfermamos como consecuencia de estar aislados y no movernos.

Enfermedades físicas, muchas… Medicinas, muchas también… Problemas psicológicos, como epidemia y subiendo… Medicinas para estos problemas, bastantes y variadas. 

A esto le añadimos el uso de consecuencias negativas, para aquellos rebeldes más arraigados a su naturaleza de jugar y aprender mientras se mueven. Tenemos incluso etiquetas diagnosticas para los que se mueven mucho y los medicamos para que encajen en nuestro modelo de sociedad. Modelo que no hace sino reproducir condiciones que van en decremento de nuestra salud y felicidad.  

Nos hemos acostumbrado a ver que los niños cada vez se mueven menos y criticamos o miramos con malos ojos al que se sale de la norma. Al que se tira al suelo, se ensucia y toca todo. “Ver y no tocar se llama respetar”, es un dicho muy común en mi país que le dicen a los niños para que estén quietos. 

No sorprende que la crianza cueste tanto hoy en día, porque tenemos niños que todo el tiempo quieren moverse, correr, saltar y escalar… Y tenemos como padres que renunciar al placer de estar tirados en el sofá todo el día viendo la tele, o estar sentados en el escritorio todo el día trabajando en la computadora, o estar parados quietos, viendo la pantalla del celular.

Dando unos cuantos pasos de la puerta al elevador, del elevador al carro, del carro al centro comercial, del carro a la casa, de la casa al carro, del carro al trabajo, al supermercado, al restaurante, etc. Nos movemos de un lado para otro sin apenas movernos. 

Los niños, nos obligan todo el tiempo a salir del letargo – ¡y cuesta, cuesta mucho! -. Porque hemos pasado nuestra vida entera siendo entrenados para estar quietos, recibiendo estímulos placenteros realizando el mínimo esfuerzo.

Las consecuencias no son pocas… Un incremento de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes. Problemas de visión por el uso de pantallas. Retraso en la adquisición del lenguaje y en el desarrollo de habilidades sociales. Problemas motores. Y una epidemia de problemas de salud mental, principalmente ansiedad y depresión. 

Hace unos meses lleve a mi bebe a un examen de rutina con el ortopedista. Nos contaba su doctor, la importancia de que caminara descalzo. Que tuviera un ambiente donde pudiera moverse con libertad, para que desarrollara bien la motricidad en diferentes zonas de su cuerpo.

Este doctor, mencionó algo que me impactó. Dijo que la marcha maduraba a los 12 años, pero necesita de un ambiente propicio para que pueda madurar bien… Tal vez por eso nos hemos recorrido el mundo entero.

Me sorprendió mucho, porque tengo a una personita cercana que aprecio mucho, que ya está cerca de sus 12 años y que coordina mal sus movimientos cuando camina. Es una dificultad ligera pero se nota a simple vista. Da la sensación de que es un poco torpe al andar y en general se mueve poco, no por dificultad sino por preferencia. Puede pasar el día entero sentada o acostada con su teléfono en la mano, y de hecho lo hace.

Al escuchar el comentario del doctor y recordar esto. No pude evitar preguntarme, si esta dificultad leve de coordinación se debía a su bajo nivel de actividad. Necesitamos movernos mucho para estar sanos.

El movimiento afecta de manera positiva el estado de ánimo, la memoria y la atención. Mejora la función cardiorrespiratoria y la circulación. Reduce la glucosa en sangre y la presión en sangre. Favorece la fuerza y función muscular, mejora la salud ósea, reduce el riesgo de demencia, entre otros.

¡Muévete! El movimiento está relacionado con una buena salud psicológica. La tendencia a quedarnos mucho tiempo inactivos está relacionada con la depresión. No solo es que primero te sientas triste y luego no quieras moverte.  

Es que, para tener una vida satisfactoria, tienes que realizar acciones que requieren esfuerzo. Trabajar en tus proyectos, cuidar de diferentes áreas de tu vida, salir con amigos, ejercitarse, preparar la cena, estudiar, etc. Toda conducta requiere un nivel de esfuerzo. 

Realizar estos esfuerzos, es más difícil, si constantemente estamos rodeados de estímulos que refuerzan conductas opuestas. Como el quedarme estático viendo a través del teléfono como otros viven su vida.

A parte de esto, el mero movimiento, genera bienestar. Ya es mucha la evidencia que tenemos sobre los efectos positivos del ejercicio en nuestro estados de animo. 

Entre menos nos movemos más estresados estamos y esto altera nuestro nivel de actividad basal. Lo que, a su vez, incrementa la facilidad con qué otros estímulos o situaciones estresantes, durante el día a día, generan niveles más altos de ansiedad.

Es por este efecto, que no respondemos igual, a un mal comentario cuando hemos dormido bien y estamos tranquilos, que cuando estamos cansados o estresados por el trabajo.  

Añade a esto la mala calidad del sueño y estamos hechos. 

Moverse es muy necesario, no solo basta con hacer ejercicio. Podemos hacer ejercicio y ser sedentarios, si pasamos más de tres horas al día sentados. Agrega en tu día a día más actividades que impliquen moverte, toma descansos activos cada 45 minutos si por tu trabajo te queda imposible moverte mucho. 

Trata de fomentar en tus hijos el movimiento libre, no solo por su salud física, también para ayudarles a regular sus emociones y promover un mejor estado de ánimo. 

Hay personas que se han dedicado a investigar cómo viven las poblaciones que tienen mayor numero de centenarios ¿Qué hace que estas personas puedan llegar a los 100 años con un buen estado de salud? 

Todas ellas, realizan ejercicio físico de bajo impacto durante todo el día. En la comunidad de Okinawa, Japón no usa sillas sino que se sientan en el suelo. Todo el día hacen sentadillas de forma involuntaria.

En Ogliastra, Cerdeña, las calles son empinadas. Para las personas trasladarse a cualquier lado, suben y bajan estas calles. Esto implica un ejercicio de fuerza constante. Otras comunidades usan continuamente escaleras o trabajan en el campo arriando ganado o pastoreando ovejas.

Creerás que para estudiar y aprender es necesario estar quieto adquiriendo información. Pero la realidad es que incluso para esto necesitamos movernos. 

Cuando no aplicamos lo que aprendemos en los próximos 15 días, lo olvidamos. Si no me crees solo tienen que pensar en qué recuerdas de lo que aprendiste en el colegio o la universidad. Seguramente poco y lo que sí recuerdas, lo recuerdas porque lo necesitan en tu día a día.

Incluso para ser creativo en cualquier profesión las técnicas implican movimiento. Henri Poincaré, el autor del libro la invención matemática, pasó de trabajar más de 12 horas al día a trabajar 8 y caminar 5, porque descubrió que mientras caminaba y descansaba procesaba la información en paralelo y esto le ayudaba a solucionar problemas difíciles. 

Muchos escritores hacen lo mismo, caminan, caminan mucho. Porque caminando es que se inspiran. 

Así que si quieres saber un truco elemental para tener una buena salud física y psicológica ¡muévete! 


Comments

6 respuestas a “¡A MOVERSE! Estamos hechos para movernos.”

  1. Es muy importante realizar un ejercicio físico, por q nos ayuda a desestrezarnos, a cambiar de ambiente a oxigenar el cerebro y ver las cosas con mejor claridad en nuestra vida cotidiana.

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